“El beber vino y el sexo tienen muchas similitudes, en ambos entran en juego el placer y todos los sentidos”

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JOSÉ LUIS ARRONDO ANDRÓLOGO, URÓLOGO Y ESCRITOr
El urólogo, apasionado del mundo vinícola, habla sobre su original libro ‘Vino, salud, amor y sexo’, donde recoge los múltiples beneficios del consumo moderado de vino

ANDREA APEZTEGUIA | IBAN AGUINAGA – Domingo, 27 de Septiembre de 2015 – Actualizado a las 06:12h

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  • José Luis Arrondo junto a su libro ‘Vino, salud, amor y sexo’, en la vinoteca Plaza del Vino de la calle de Iturrama.
PAMPLONA – José Luis Arrondo, especialista en la “entrepierna” del varón como dice él, se define como “enófilo de vocación tardía, pero convencido” desde hace tres años tras una cata de vinos donde descubrió el apasionante mundo vinícola. Desde entonces, tras investigar y visitar bodegas, cursos y un largo número de catas, defiende a capa y espada las bondades del vino, no solo para la salud sino también para la salud sexual. En el libro Vino, salud, amor y sexoexplica de forma amena y original el lado más “humano del vino”.
En su libro dice que el vino está en todas las facetas de la vida como es la gastronómica, sociedad, cultura, salud, económica, sexo… ¿Qué sería de la vida sin el vino?
-La vida sin vino, no vale un comino”, con esto está todo dicho. El vino debería estar casi obligado, siempre hablando de un consumo moderado, de uno o dos vasos. El vino acompaña a la gastronomía, estimula la mente, ayuda al corazón, previene algún cáncer, crea amistades, posibilita el enamoramiento, aumenta el placer, alarga la vida, etc. ¿Qué sería de Navarra sin el vino? Gracias a él podemos disfrutar de paisajes que son auténticas obras de arte, como lo son las viñas, que atraen a poetas y pintores en busca de inspiración. Asimismo, ayuda a mantener el patrimonio de castillos, por ejemplo, que son mantenidos por las rutas vinícolas.
Hablamos de un tesoro oculto encontrado por nuestros antecesores -solo en la Biblia se repite 450 veces la palabra “vino”-. Por tanto, ¿qué importancia tiene en nuestra historia?
-Es un patrimonio cultural popular y de eso es reflejo los casi más de 1.500 refranes relacionados que existen. Es la bebida que más ha inspirado a la ciencia de la calle, como son estos dichos. Me encantan los refranes y recojo muchos de ellos en el libro como “con pan y vino se hace el camino”, “si los amantes del amor y del vino van al infierno, vacío debe estar el paraíso”, y otro de García Lorca que dice “me gustaría ser todo vino para beberme yo mismo”.
En cuanto a la relaciones sociales, ¿el vino ayuda a hacer más amigos o enemigos?
-El vino ayudo mucho más a hacer amigos que enemigos, pero si uno se pasa, indudablemente rompe amistades y amores. Si bebes con moderación, el vino hace muchos más bienes que males. Una amistad sin vino es insípida, éste ayuda a soltar la lengua y a aumentar la creatividad de la conversación.
Hablemos del amor, ¿nos convierte el vino en más seductores o al igual que la noche confunde, el vino también lo hace?
-Sin duda nos hace más seductores. Imagínate a dos personas con una botella de vino, sus labios rozando las copas… ¡Ahí lo dejo! El vino, además, ayuda al enamoramiento pero debe ser una combinación de varios factores como lo son la comida, el vino y el sexo. Una velada sin vino, no es una velada romántica. ¿Que el vino confunde? Puede, tal es así que depende del grado que hayas bebido, de que veas a la otra persona guapísima y espectacular. Pero a lo mejor, al día siguiente te parece otra cosa.
Además, compara la cata de vino con la búsqueda de pareja sentimental. Así dice en su libro, “probar muchos, buenos y malos vinos”.
-Si tú quieres encontrar tu vino, tienes que buscarlo hasta dar con aquel que más te guste, aunque no guste a nadie más, solo a ti. Es lo mismo que ocurre con las parejas.
Como urólogo, ¿a sus pacientes les recomienda el vino, como aquella vez que tuvo que atender a una persona con el miembro viril fracturado tras un acto sexual con su mujer?
-Yo sí lo hago, y cuando lo hago, los pacientes me dicen que ya saben que es bueno para el corazón, pero yo les recalco que también lo es para su pene, la vagina y el clítoris ya que es un vaso dilatador y mejora su funcionamiento.
Explíquenos su teoría, y única, sobre que “el sexo es una cata humana entre dos personas”.
-Comer, beber vino y tener sexo se parecen muchísimo ya que entran en juego todos lo sentidos. Me di cuenta de que comparten sensaciones. Al igual que observas los colores del vino, miras a la otra persona con la cual estás manteniendo relaciones y lo mismo pasa con el olfato, cuando intentas captar el aroma del vino o sientes el perfume de la otra persona.
¿El vino puede ayudar a encender esa llamada apagada sexualmente en una pareja?
-Claro que sí, ayuda a prender la llama de las cenizas en las cuales todavía hay cariño. Predispone, aumenta el deseo y la excitación. Sin embargo, en el caso de beber en exceso, se duermen las neuronas y por tanto, la ejecución es irrealizable. En ese caso, es mejor dormir y mantener relaciones sexuales a la mañana siguiente, que es la mejor hora para mantener sexo.
EL LIBRO
Datos sobre el escritor. José Luis Arrondo, nació en Fustiñana. Doctor en Medicina y Cirugía y especialista en Urología y en Medicina Familiar y Comunitaria. En 2013 fue nombrado Cofrade de la Cofradía del Vino de Navarra.
Prólogo. En pleno siglo XXI, ya es hora de propugnar abiertamente que el vino, tomado de manera moderada y asidua, beneficia y previene la salud, incluida la salud sexual, además del placer que nos proporciona.
Donación benéfica. El 50% de los derechos de autor irán a la organización Medicus Mundi, para la ayuda en la consolidación de un modelo que garantiza el derecho a la salud, en la provincia de Churcampa y extender la experiencia a Perú.

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